Celos
Los celos son los hijos bastardos del amor.
Munch muestra el lado más oscuro del amor: los celos. Dos hombres y una mujer, un título, y ya sabemos de que va la escena. Verdes están los dos tipos. Roja está ella. Es evidente que en esa habitación pasa algo malo, algo enfermizo, algo sórdido y deprimente… aunque viniendo de Munch lo enfermizo sería no meter nada sórdido y deprimente.
El color verde está tradicionalmente asociado con los celos, y además es el color complementario del rojo, el clásico color del amor. Munch aplica un poco de simbolismo cromático para plasmar una idea que plasmaría hasta la saciedad a lo largo de su producción pictórica. Los celos fueron tratados por Munch en numerosas ocasiones y a menudo los representa como en este cuadro, con tres personajes, uno de ellos mirándonos directamente a los espectadores, todos susceptibles de padecer la terrible enfermedad de los celos.
Es llamativa la diferencia entre los personajes masculinos vestidos de negro y con los rostros verdosos y amarillentos y la mujer, de blanco y la cara exageradamente roja.
Son gente vestida de gala, burgueses que quizás acaban de montar una escenita en plena fiesta, o a lo mejor el marido los ha pillado in fraganti y de ahí la vergüenza del otro tío y el rostro de ella rojo tras un esfuerzo mientras se ata el pelo.
Lo cierto es que se nota la incomodidad en esta pintura. Munch era muy bueno haciéndonos sentir un poco angustiados. Una mezcla de tristeza, vergüenza, culpa, odio, amor… ese cocktail son los celos.