Cena en casa de Leví
Una obra censurada.
El pintor Paolo Veronese, El Veronés (había nacido en Verona), era una de las figuras más importantes del manierismo italiano. Un artista con prestigio y talento que recibía encargos importantísimos, entre ellos esta Última Cena para el comedor del convento dominico de San Juan y San Pablo en Venecia.
Cuando Veronese presentó este enorme cuadro los monjes se quedaron ojipláticos. ¡Una última cena con enanos, perros, protestantes, niños…! ¡Todo tipo de gente pasando completamente del mismísimo Jesucristo e incluso dándole la espalda…!
Este era un trabajo para la Santa Inquisición.
Veronese fue inmediatamente llamado a declarar por tal herejía y estas son las actas de su juicio [1], en las que vemos al artista defendiendo su oficio como puede y en ocasiones haciendo gala de cierta arrogancia:
INT. TRIBUNAL DEL SANTO OFICIO. DÍA.
VERONESE comparece ante el tribunal de la Inquisición. Una hilera de hombres viejos vestidos como la Inquisición Española de los Monty Python aparecen ante el artista.
INQUISICIÓN¿Cuál es vuestra profesión?
VERONESEPinto y hago figuras.
INQUISICIÓN¿Sabéis por qué os hemos citado aquí?
VERONÉSNo, pero me lo imagino. El Prior me dijo que la Inquisición había ordenado que pintara una María Magdalena en mi cuadro en lugar de un perro; y yo le contesté que de mil amores lo habría hecho, pero que no sentía que la tal figura cuadrara ahí; por muchas razones, las cuales explicaré siempre que se me conceda ocasión de hacerlo.
INQUISICIÓN¿A qué pintura se refiere?
VERONÉSA la Última Cena, en el refectorio del convento de San Juan y San Pablo.
INQUISICIÓNMuy bien, empecemos ¿Pintásteis criados en esta Última Cena de Nuestro Señor?
VERONÉSSí, Señorías.
Escándalo. Murmullos.
INQUISICIÓN¿Cuáles, y en qué actitudes?
El VERONÉS se toma tiempo para pensar
VERONÉSTenemos a Simón, el dueño de la posada. También un camarero que imaginé que fue allí por curiosidad, para ver cómo iban las cosas. Y hay muchas otras figuras de las que no me acuerdo, ya que pinté la obra hace tiempo.
INQUISICIÓNEn esta Cena que hizo para el convento de San Juan y San Pablo, ¿qué significa la figura del hombre al que le sangra la nariz?
VERONÉSLo he hecho por un criado al que, por cualquier accidente, puede salirle sangre de la nariz.
INQUISICIÓN¿Qué significan esos soldados con armas, vestidos como alemanes, con alabardas las mano?
VERONÉS duda un momento.
VERONÉSAquí necesito decir veinte palabras.
El tribunal asiente concediéndole permiso.
VERONÉSNosotros los pintores nos tomamos la licencia que se toman los poetas y los locos, por eso he hecho esos dos alarbarderos, uno bebiendo y el otro comiendo junto a una escalera, para que puedan cumplir algún oficio, pareciéndome conveniente que el dueño de la casa, que era grande y rico, según me han dicho, tuviera tales servidores.
INQUISICIÓNY ese bufón con un loro en la muñeca, ¿por qué lo pintó?
VERONÉSPor adorno, como suele decirse.
INQUISICIÓN¿Quiénes están sentados a la mesa del Señor?
VERONÉSLos doce Apóstoles.
INQUISICIÓN¿Qué hace San Pedro, el primero de ellos?
VERONÉSParte el cordero para pasarlo al otro lado de la mesa
INQUISICIÓN¿Y el otro que está a su lado?
VERONÉSSostiene un plato para recibir lo que le dé San Pedro.
INQUISICIÓNDecidme qué hace el que está junto a éste...
VERONÉSEse usa un tenedor para limpiarse los dientes.
El tribunal se agita. Algún miembro ya propone castigar al hereje. Uno pide calma y pregunta.
INQUISICIÓN¿Quién creéis que realmente estuviera en aquella Cena?
VERONÉSEn mi opinión estaba Jesucristo y sus apóstoles. Pero cuando en una pintura me sobra algo de espacio, lo adorno con figuras inventadas.
El tribunal estalla. Alguno se rasga las vestiduras.
INQUISICIÓN¿Alguna persona os ha encargado que pintarais en este cuadro alemanes, bufones, y cosas semejantes?
VERONÉSNo, Señorías, pero por el encargo consideré decorar a mi elección. Debido al tamaño opté por representar muchas figuras.
INQUISICIÓN¿Entonces os parece conveniente que en la Última Cena del Señor sea oportuno pintar bufones, borrachos, alemanes, enanos y vulgaridades semejantes?
VERONÉSNo, señorías.
INQUISICIÓNEntonces, ¿por qué los habéis pintado?
VERONÉSPresupongo que estas gentes se hallan fuera del lugar donde se celebra la Cena.
INQUISICIÓN¿Sabe usted que en Alemania y en otros lugares infestados de herejía suelen, con diversas pinturas llenas de groserías y semejantes invenciones, escarnecer y hacer burla de las cosas de la Santa Iglesia Católica, a fin de enseñar mala doctrina a las gentes simples e ignorantes?
VERONÉSTal cosa está mal, señor, pero tengo obligación de seguir lo que han hecho mis maestros..
INQUISICIÓN¿Qué han hecho vuestros maestros? ¿Acaso han hecho cosas así?
VERONÉSPues si. Miguel Ángel, en Roma, en la Capilla Sixtina ha pintado al Señor Jesucristo, a su Madre y a San Juan, San Pedro y la corte celestial, todos desnudos en actitudes diversas, con poca reverencia.
INQUISICIÓNPero en el Juicio Final, en el que se presume que no haya vestidos o cosas semejantes, no hay por qué pintar túnicas, y en tal pintura no hay cosa sino de espíritu, no hay bufones, ni perros, ni armas, ni tonterías semejantes…
EL MIEMBRO MÁS VIEJO¡Desde luego no malditos alemanes!
INQUISICIÓN¿De verdad os parece entonces haber hecho bien pintar el dicho cuadro de la manera que está y si quieréis defender que el cuadro está bien y decente?
VERONÉSSeñorías, no pretendo demostrarlo... Pero pensé que lo estaba haciendo bien. No pretendí confundir a nadie, especialmente cuando esas figuras de bufones están fuera de la estancia donde se encuentra Nuestro Señor.
Los miembros del tribunal se ponen a hablar entre ellos. Están discutiendo si castigar al artista. VERONÉS tiembla.
INQUISICIÓNEstá bien, artista. Esta es la sentencia: debe usted corregir su cuadro. Dado que algunos de sus amigos nobles aquí presentes argumentan la imposibilidad de corregir el cuadro para no ser irrespetuoso con los cánones, permitimos que simplemente le cambie el nombre.
EL MIEMBRO MÁS VIEJOEl maldito cuadro ya no es "La Última Cena", sino que representará un banquete que festejara a Cristo vivo, para consolación de los pecadores. El nuevo título es “La cena en casa de Leví.”
VERONÉS se resigna. Es un golpe a su ego de artista, pero al menos ha salvado el pescuezo.
Fundido en negro
INT. TALLER DEL ARTISTA. NOCHE.
El VERONÉS está pintando, retocando su cuadro. Le acompaña su amigo el arquitecto PALLADIO.
El VERONÉS añade una inscripción en la base de las columnas: "FECIT D. COVI MAGNUM LEVI - LUCA CAP. V".
VERONÉSAhora ya me puedo permitir un tema más profano. El Evangelio de Lucas cuenta que Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa, y la fiesta estaba llena de pecadores y fariseos. PALLADIO
Perfecto. Para la Santa Inquisición no debe haber peor pecador que un alemán, un bufón o un criado sangrando por las napias.
VERONÉSSalvo quizás, un artista libre.