Chica cosiendo a máquina
¿Qué es el realismo?
Edward Hopper, pintor realista, no cabe duda. Sin embargo, ¡qué realismo más característico! Es un realismo irreal. Un arte evidentemente objetivo, pero tan personal, tan sentimental, tan poético, que no parece basado en este mundo.
Muchacha cosiendo a máquina muestra ya el estilo que seguirá Hopper a lo largo de toda su posterior carrera. Recién llegado de París, el artista se empieza a centrar en esos interiores domésticos, esos lugares íntimos y silenciosos que tanto recuerdan a esos interiores del Barroco holandés de gente como Vermeer, ese otro gran pintor de lo tranquilo, lo silencioso, lo cotidiano.
Esta joven con esa larga melena larga que le oculta la cara se concentra en su trabajo con la máquina de coser. La ventana de la derecha que la ilumina nos remite de nuevo a la escuela holandesa del XVII, pero lógicamente actualizada. Estamos hablando del siglo XX nada menos, con sus nuevas y variadas formas de arte, nuevos inventos, nuevas ciudades, nuevos paisajes… en definitiva una nueva sociedad…
La luz aquí es fundamental. Incide en los objetos, crea sombras en las paredes y amplifica la presencia de esta chica, amplifica su soledad, consiguiendo un efecto de extrañeza cotidiana.
Realismo sí, pero muy irreal. Hopper debía saber que a veces no hay nada más extraño y extraordinario que lo real. Tan realista a veces, que parece surrealista, o expresionista.