Desnudo reclinado
El Hopper acuarelista.
Aunque Hopper es sobre todo un pintor de paisajes (de atmósferas, podríamos decir) aparecen a lo largo de su carrera numerosos ejemplos de desnudos femeninos.
Son obras que algunas veces parecen contar una historia, y otras muy descriptivas, íntimas, casi vouyerísticas, como es el caso de este desnudo reclinado que sugiere que la modelo no se está dando cuenta de que está siendo observada.
No sabemos si está durmiendo o algo así, pero ese montón de almohadas parecen decirnos que está a gusto en su hábitat, sin ser consciente de que ya no solo el propio Hopper está copiando la geografía de su cuerpo sino de que miles de amantes del arte estamos disfrutando contemplándolo.
También tengamos en cuenta que desde el año 1924 solamente pinta a una mujer: su esposa Jo. Josephine Hopper fue la musa del artista durante décadas, y no sólo en desnudos sino en todo tipo de géneros, temáticas y circunstancias.
Hacia ese 1924, Hopper tenía en gran estima a la acuarela, siguiendo el camino que en la generación anterior había abierto el pintor norteamericano Winslow Homer. De hecho fue su primera exposición y se vendieron todas las obras expuestas. Con ello pudo abandonar su trabajo de esclavo para dedicarse exclusivamente a su arte. Tenía 43 años.