Chico con calavera
Como mirarse a un espejo.
Con un cacho de carboncillo y apenas unas gotas de acuarela, el artista finlandés Magnus Enckell realizó este dibujo que rezuma simbolismo: un niño mirando una calavera, un concepto que no puede ser más metafórico, más simbólico.
Aunque estamos ante una vanitas de toda la vida. Ya sabéis, la representación alegórica del ser humano ante todo un abismo existencial sobre la fugacidad de la vida y la eternidad del alma. Un tema que lleva carcomiendo a hombres, mujeres y niños desde la prehistoria y que seguirá haciendo hasta el día que obtengamos respuestas. Mientras, a esperar, y si tal hacernos preguntas o intentar consolarnos por medio del arte.
Enckell se consuela representando a este chaval que está desnudo como un símbolo de la inocencia. Agachado, observa a ese cráneo que le sonríe. En el fondo es como una visión de su futuro, de nuestro futuro. Es como mirarse a un espejo.
Magnus Enckell fue el primer artista finlandés que pasó olímpicamente del naturalismo para emprender nuevos caminos artísticos, como se estaba haciendo en el resto de Europa. En París conoció la obra de Puvis de Chavannes, el gurú del Simbolismo, que lo infectó con esta nueva corriente cultural. El naturalismo dejó de existir. Ahora podía plasmar el mundo a su manera, si me apuras mucho más realista.