Joven con calavera
Ser o no ser...
Hals no pinta aquí un retrato, sino una vanitas, que como ya sabemos es una alegoría de la vanidad humana. Esa calavera que sostiene el joven barroco nos recuerda que en cualquier momento nos puede llegar la muerte. Eso es algo inevitable. Asumámoslo.
No es la primera pintura de alguien con una calavera en la mano, y menos en el barroco holandés. En la época, era muy popular este tema, sobre todo representado con niños y jóvenes, quizás para mostrar mejor el contraste. Pero Frans Hals no pinta la cosa entre las penumbras típicas de Caravaggio. Su estilo era mucho más luminoso y colorido.
El joven tiene un gorro rojo con una exageradísima pluma y hace una pose bastante teatral, por lo que algún historiador ha querido ver en la pintura un retrato de Hamlet. Desde luego no falta lógica en este argumento. Pero otros estudiosos piensan que es muy improbable que en la Holanda de 1626 la obra de Shakespeare fuese tan conocida como lo es hoy en día. No hay datos de que fuera representada en esos años en los países bajos.
Aún así, vista hoy en día, es inevitable asociar esta pintura con la obra de Shakespeare. ¿Un joven con un sombrero de pluma sosteniendo una calavera…? Ya nos viene a la mente la mítica frase: Ser o no ser…