Clotho
Una artista revolucionaria en un tiempo revolucionario.
Como es bien sabido, la de Camille Claudel no fue una historia fácil. Nació mujer y quiso ser escultora en una época en que el arte era sólo para hombres. Y además, se enamoró de su maestro, el gran Auguste Rodin, quien se aprovechó de su talento y de su trabajo, una historia de amor trágica y dolorosa.
Pero ante todo, Camille era una mujer tenaz y sobre todo una artista excepcional. Propuso nuevas formas de expresión para la escultura, innovó en el movimiento, rompió con la academia y revolucionó el arte de esculpir. Un ejemplo de su maestría es Clotho. Una escultura en la que la artista se separa definitivamente de la influencia de Rodin y despliega todo su potencial expresivo. En esta obra, Camille refleja sus profundas indagaciones y su preocupación por manifestarlas en su obra.
Y es que, Camille Claudel se interesó siempre por las pasiones humanas, lo trascendental de la existencia y el sentido de la vida. Le preocupó el tema del destino y la incapacidad del ser humano para controlarlo. Insistiendo en cuestiones como la vejez, la inocencia, el dolor o el abandono, su obra aborda asuntos universales como el amor, la soledad o las etapas de la vida.
En mitología, Clotho fue una de las hijas de Zeus, la hermana más joven de las tres parcas, que son las deidades que deciden el destino de los hombres.
Así pues, la obra, se interpreta como una personificación del destino. Nos enfrentamos a una escultura tremenda y desgarradora que desprende tormento, tristeza y soledad. Es una obra que resulta conmovedora por la plasticidad expresiva de sus formas. La figura, patética, se halla atrapada en sus propias redes, dominada por el hado. Envuelta en un lenguaje formal potente, Clotho, posee un aura de sentimiento y profundidad. El tratamiento que la artista hace de la piel y la anatomía se convierten en portadores de un mensaje carnal al mismo tiempo que espiritual.
En la concepción figurativa de Clotho, se puede apreciar también la capacidad que había alcanzado la artista en el estudio realista de sus personajes y del profundo conocimiento de la anatomía y del cuerpo humano que Camille poseía, fruto de un estudio concienzudo de las formas y de años de trabajo.
Expertos en la obra de Camille Claudel sugieren que en los cabellos de Clotho se puede apreciar un símbolo de la complejidad de la maraña del destino que con sus hilos todo lo envuelve. La figura obedece ineluctable a una fuerza que con su peso la domina.
Con esta obra, el lenguaje de Camille Claudel empieza a ser sólo suyo, su voz, su poesía. Cada elemento ha sido pensado y escogido por la artista dentro de una perspectiva escultórica, a través de un proceso laborioso y muy cuidado, su exquisita habilidad técnica le permitió zafarse del academicismo para dotar a sus figuras de expresividad y emoción. Clotho es un ejemplo excepcional de su valentía técnica.
Injustamente recordada como la amante de Rodin más que como artista fundamental para la configuración de la modernidad, puntal del expresionismo en escultura. Camille Claudel fue una artista revolucionaria en un tiempo revolucionario. Decidió dedicar su vida a un arte que suponía un enorme esfuerzo físico, un oficio sucio, que requería fuerza, destreza y vitalidad. Sus contemporáneos y hasta el propio Rodin, la consideraban un hombre, debido a su fuerza creadora y a su brío intelectual. Por aquel entonces, la mujer artista con talento se consideraba una rareza, una deformación hacia lo masculino. Una mujer que ejecutaba arte de calidad era una mujer que creaba como hombre.
Inteligente y culta, Camille imponía una nueva forma de comprender el arte hecho por mujeres. Un cambio, lento y borrascoso, de la incorporación femenina al mundo de la creación artística.
La monumentalidad de su obra Clotho, conmovedora y potente, nos permite entender las grandes aportaciones que realiza Camille Claudel a la escultura de su tiempo, situándose como figura fundamental en la evolución del arte escultórico de finales del siglo XIX y principios del XX.
Es difícil escapar a la expresividad conmovedora, a la vitalidad enérgica y a la belleza brutal que desprende esta obra absolutamente original.