Coronación de espinas
Un rey de la pintura.
Firma esta extraordinaria obra un tal Titianus F. —como vemos inscrito en la escalera—, que no es otro que todo un Tiziano en estado de gracia. Pintor de reyes y dioses, rey y dios del arte él mismo. Él solito ya nos da una pequeña pista de a dónde se dirige la pintura que se va a hacer unas décadas después: oscura, violenta, dramática, dinámica… Sí, ya sabéis al arte que me refiero…
Robada por Napoleón (por eso está en el Louvre), esta pintura fue creada para presidir la iglesia de Santa Maria delle Grazie de Milán, pero como pasa en el Louvre, otra dichosa pintura de Da Vinci le quitaría el protagonismo a la de Tiziano.
Aún así, estamos ante una de las joyas indiscutibles del museo. Cristo es coronado como rey de los judíos por los soldados de Poncio Pilatos, y estos se burlan de él mientras brota la sangre de su cabeza. El dolor, el miedo y la desesperación se aprecian ya en su rostro. No le queda nada al pobre JC… Un vía crucis, un calvario, una Pasión de Cristo (por cierto, ¿no os parece el de Mel Gibson un puto peliculón?).
En fin… Tiziano no es ajeno a todo esto y además de su característico y exquisito sello cromático veneciano, le añade un extra de terribilitá de Miguel Ángel a estos personajes que rezuman lo que hablábamos antes: dramatismo, violencia y movimiento.
Un tal Caravaggio tomaría buena nota de esta y otras obras similares del maestro.