Ofrenda a Venus
Un verdadero horror vacui de cupidos, como si fueran los pájaros de Hitchcock.
Abarrotado de cupidos, esta obra maestra del manierismo es uno de los ejemplos de porqué muchas consideramos el Prado el mejor museo del mundo.
Tiziano lo pintó para las cámaras del duque de Ferrara, que quería mitología como un alcohólico quiere vino.
Como vemos, la escena se desarrolla en un jardín ocupado por un montón de cupidos, y representa el rito romano del culto a Venus en el primer día de abril. Ese día las mujeres hacían una ofrenda a Venus para limpiar “toda mancha de su cuerpo”.
Mientras las dos niñeras de la derecha hacen el rito, los cupidos se lo pasan bomba cogiendo manzanas o jugando a todo tipo de juegos, desde tirarse manzanas unos a otros (flechas incluso) hasta pelearse o recoger los frutos de los árboles.
Toda una oda a la fertilidad que ilustra a la perfección la palabra babyboom.