Retrato de un noble veneciano
El -posiblemente- mejor retratista de la Historia del Arte nos presenta a este noble veneciano.
Un noble veneciano posa para el genial retratista del manierismo italiano, que contaba entonces con 20 años (Tiziano falseó su fecha de nacimiento para ser más viejo y respetable…).
La expresión de su cara es casi cruel, despiadada. Una sensación amplificada por el puño cerrado, que le da a este personaje un aire bastante agresivo. Nos mira de reojo y está apretando algo en su mano derecha. Algo misterioso, algo oculto. Algo que quizás nos remite al muy posterior surrealismo.
Sin embargo, los retratos de Tiziano son de lo más realista. Es más… se decía que expresaban mucho más de la persona, que ésta misma en carne y hueso. Tampoco el paisaje se le daba mal, como vemos a la izquierda en ese pequeño fragmento de la ciudad de Venecia. De hecho, Tiziano es quizás el artista más versátil de todos los que habitan esta web.
No se conoce la identidad del individuo retratado, y lo cierto es que la inscripción de la parte de abajo (VVO) no ayuda demasiado, pero desde luego parece seguir vivo después de más de 5 siglos, cosa que hay que agradecerle a Tiziano, “el sol entre las estrellas” según sus colegas artistas, capaz de dar vida en el lienzo a la persona retratada.
En este sentido es nuestro deber contar una de las muchas leyendas en la que se intenta describir lo bien que pintaba el artista:
Una vez pintó al Papa Pablo III con sus sobrinos y dejó el lienzo a secar en el balcón. Y la gente por la calle saludaba al pontífice pensando que eran reales.