Desayuno
La ucraniana nos enseña a sus hijos desayunando.
Nadie tuvo el talento para la pintura de esta mujer en toda Rusia…
Zinaida Serebriakova pintaba escenas costumbristas, retratos y muchos, muchos desnudos… De hecho, sus «saunas» son de una exquisitez y erotismo apabullantes.
No le gustaba trabajar con modelos profesionales, así que usaba a amigos, familia… o ella misma.
Aqui muestra a sus propios hijos desayunando en una escena de gran espontaneidad y ternura. Casi se puede oler la comida…
Eran tiempos de bonanza en la casa de los Serebriakov. 3 años después estallaría la Revolución Rusa y el padre de familia moriría en la cárcel. Zinaida tuvo que sacar adelante a cuatro hijos y una madre enferma, y dejar de pintar con óleo, que no era precisamente barato.
Pero en «El desayuno» todavía se ve, se huele la felicidad de tener un plato en la mesa.