La clínica Agnew
Eakins lleva a cabo al fin su deseo de pintar la realidad de una manera concreta, científica y original.
Representación realista y totalmente teatralizada de una intervención quirúrgica en una clínica, convertida en tema y espectáculo moderno.
Muestra tal cual cómo se hacía una mastectomía en 1889 y la controversia fue notable en la época al pintar una mujer semidesnuda observada por una grada llena de hombres, por muy científicos y doctores que estos fueran.
El realismo es casi fotográfico, técnica que ayudó a Eakins en su trabajo, aunque no podemos evitar remitirnos a Rembrandt y su «Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp» (1632), sobre todo en la riquísima galería de rostros retratados.
Este cuadro influirá a su vez en artistas americanos posteriores (Hopper es el caso más claro), y hoy hay series ambientadas en esa época como «The Knick», que parecen cuadros de Eakins en movimiento.
El fin de siglo también estimuló la pintura realista, (también literatura y música), al rechazar la aristocrática y fatua tradición heredada desde la antigüedad, irrelevante para la vida moderna. La contemporaneidad de las imágenes de Eakins, estimulaban también la difusión del conocimiento y la apreciación del trabajo manual, en este caso, la cirugía, aún en pañales.