Thomas Eakins
Estados Unidos, 1844–1916
El gran realista americano. Thomas Eakins mostró la vida cotidiana de finales de siglo en Estados Unidos: Escenas familiares y laborales, temas náuticos, estudios de anatomía, bañistas, sus célebres operaciones en hospitales, rings de boxeo y otros deportes… todo con un sorprendente y detallado realismo y una penetración psicológica de los personajes.
Eakins estudió dibujo en su Filadelfia natal a la vez que anatomía en la Escuela de Medicina. También estudió unos años en París y visitó España para conocer a los maestros Velazquez y Ribera. Consideraba la anatomía fundamental para la representación artística del ser humano y luchó porque la asignatura se incluyera en el programa de estudios de Bellas Artes, además del estudio matemático de la perspectiva. Ambas materias supusieron una auténtica revolución en la formación de los jóvenes artistas, y hoy es algo que ya se da por sentado en cualquier escuela de arte que se precie.
Sin llegar a ser un impresionista, en sus cuadros se pueden apreciar varias cosas en común, como la plasmación del instante, que se vea la hora del día, los matices del clima, la época del año… Algo que influyó notablemente en su obra fue la fotografía, que usó tanto como apoyo de su pintura como un arte aparte e igual de importante.
También cultivó el retrato, con una extraordinaria profundidad psicológica. pero lo que realmente le gustaba era el desnudo. El desnudo masculino, para ser exactos. Esto le provocó algún que otro escándalo en la época. En 1886, pierde su puesto en la escuela precisamente por la promoción de la imagen desnuda del hombre y permitir que las mujeres estudiantes tuviesen modelos masculinos en las clases mixtas de dibujo.
Conoció al poeta Walt Whitmann que influyó bastante en el artista. Ambos llegaron a opinar que el desnudo de mujer «es la cosa más bonita que existe… excepto un desnudo de hombre».