Jean Francois Millet
Francia, 1814–1875
Con él (y la Escuela de Barbizon, fundada por él) nació el realismo. Un realismo en el que muestra una continua simpatía por los campesinos, por los hombres y mujeres humildes que se ganan el pan con trabajo duro (o quizás en oposición a las ciudades industriales de la época, que en algunos casos no distaban del infierno).
De hecho, Millet era de una familia campesina de Normandía. Muy joven ya tenía dotes evidentes para el dibujo y estudió en varias ciudades, acabando en París. Su pintura sin embargo, no fue bien recibida.
Quizás por ello renuncia a la pintura oficial y bajo la influencia de Daumier, se traslada con pintores afines y su familia a Barbizon, donde crea una escuela/comuna de artistas interesados en el paisaje rural.
La naturaleza era muy importante para Millet. Más que representarla, la interpretaba a su manera idealista como comprendiendo «las voces de la tierra, los árboles o los senderos». Con un claro misticismo y rozando lo sentimental, se alejó del otro gran realista de la época, Courbet, que realizaba una pintura más áspera y rebelde; más política…
El autor encuentra en la gente humilde y campesina la temática central de su obra, y quizás esto le gustó a los republicanos pero no tanto a la burguesía, que al fin y al cabo era el grueso de la clientela de la época.
Sea como sea, su obra marcaría mucho a artistas posteriores como Van Gogh o Dalí, que harían varias versiones de sus obras.