El Ángelus
Otra obra maestra de Millet para la historia del arte.
Decía Salvador Dalí, obsesionado con este cuadro, que esta era la “obra pictórica más íntimamente turbadora, la más densa”.
El realista Millet pinta otra de sus escenas campestres con gentes humildes y trabajadoras, convenciéndonos casi de que va a ser verdad eso de que el trabajo dignifica.
En un páramo casi desierto, dos campesinos interrumpen sus labores en el campo para rezar el Ángelus (una oración diaria del catolicismo). Sus caras no se ven, pero sólo con sus gestos (cabeza agachada, sombrero en mano, manos al pecho…) expresan más información y matices poéticos que ningún otro cuadro de la historia del arte.
El contraste lumínico desde luego ayuda a palpitar el corazón del espectador.
Más aún si sabemos cual era la intención inicial del pintor: Gracias a un análisis con rayos X, sabemos que Millet situó en un principio donde está el cesto del suelo un ataúd infantil con el bebé fallecido de la pareja protagonista.
Al parecer, Millet se dio cuenta de con bebés muertos quizás la burguesía no compraría tan bien el cuadro, así que transformó el entierro del hijo de la pareja de campesinos en un momento de oración e intimidad. Aún así, la tristeza en el ambiente sigue intacta.
Millet deja atrás con cuadros como este el individualismo y la superficialidad del romanticismo y crea una de las obras maestras indiscutibles del arte universal.