Desnudo con sombrero
Ecos de la pintura alemana.
Kirchner pinta a su novia Doris Große (Dodo le llamaban todos), y lo hace como Dios la trajo al mundo. Bueno… casi. Le añade un collar, ese enorme sombrero y le calza unos rojísimos zapatos. Pero no por estos complementos Dodo está menos desnuda. Al contrario, parece que estos elementos subrayan el desnudo. Ni hay que mencionar el acento sobre el pubis de la modelo.
Dodo parece cómoda, una alemana super cool posando en el estudio que tenía Kirchner en Dresde. Como vemos al fondo, aparecen muchos de los tapices de inspiración africana y colores kirchnerianos que el expresionista tenía en su taller. África fue una de las grandes influencias de este artista. Otra fue la tradición de su propia tierra. Hasta se pueden ver los ecos de la pintura alemana en esta obra.
Kirchner admiraba al pintor renacentista Lucas Cranach, que casi se podría calificar como un precursor del expresionismo, y este desnudo es lo suficientemente parecido a una Venus realizada por Cranach en 1532 como para considerarlo una versión o un homenaje. Esa Venus «desnudada» más que «desnuda» impactó a Kirchner y quiso llevarla al siglo XX un poco más pálida y resaltando el fondo un poco más, aunque la esencia es la misma: un extraño y oscuro erotismo nórdico.