El astrónomo
Vermeer retrata al personaje y a su profesión por medio de atributos.
Se estima que los nazis robaron más de 100.000 obras de arte, y todavía hoy en su mayor parte no han sido devueltas a sus legítimos dueños.
No es el caso de este “Astrónomo”, que tras la guerra pudo ser devuelta a la familia Rothschild, aunque hoy conserva una esvástica negra en la parte trasera del lienzo para recordar el espolio.
Hitler, pintor frustrado, admiraba apasionadamente a Vermeer, hasta el punto de querer hacerse con toda su obra para su museo personal. “El astrónomo” iba a ser uno de los cuadros estrella del III Reich.
Lo cierto es que esta pintura es una joya del barroco holandés. Aquí se retrata al personaje y a su profesión por medio de atributos como ese globo terrestre o el libro Institutiones Astronomicae Geographicae abierto en el capítulo III, una sección en la que el astrónomo busca la inspiración de Dios.
Y esa luz… Muy pocos artistas comprendieron, trabajaron y amaron la luz como Vermeer. Sus típicas ventanas a la izquierda del lienzo son como una firma del artista.
Por cierto, “El astrónomo” es una de las únicas tres pinturas de Vermeer firmadas y fechadas.