El hombre molesto
Uno de los 69 bustos extremos de Messerschmidt.
El escultor Messerschmidt lo tenía todo: talento, buen gusto, un trabajo cojonudo en la corte de Viena… pero en los últimos trece años de su vida empezó su enfermedad mental, que destruiría por completo su vida laboral y social, pero a cambio nos daría obras tan fascinantes como esta.
El hombre molesto es uno de los 69 bustos hechos con su propia cara. Los Kopfstücke o «cabezas de personajes» hechas por Franz Xaver Messerschmidt, son ya obras de culto, que reúnen las evidentes habilidades como escultor de Messerschmidt con lo original y visionario de su propuesta. Obras tan innovadoras que sólo un loco podría crear.
El escultor se recluyó en su casa (hoy se cree que padecía de esquizofrenia) y comenzó a crear bustos como forma de catarsis, como única manera de luchar contra sus fantasmas. Y esto es literal… Messerschmidt creía que unos fantasmas lo perseguían y la única forma de apartarlos era creando estos «talismanes» con diferentes expresiones en la cara…
Este talismán en concreto está entre la mueca y el ceño fruncido, con los ojos muy, muy cerrados y la nariz arrugada, con los músculos de las mejillas y el cuello en extrema tensión… Además en este caso, Messerschmidt utiliza como material el alabastro, que acentúa más las arrugas en la frente y alrededor de los ojos.
Este hombre parece expresar irritación y molestia, aunque no sabemos si esa era la intención de Messerschmidt… Los títulos fueron puestos a posteriori.