
El palco en el Théâtre des Italiens
La alumna de Manet.
Eva Gonzalès creció rodeada del arte y cultura en París, y empezó ella misma a pintar con 16 años. Tuvo como maestro a nada más y nada menos que Edouard Manet. De hecho fue la única alumna que aceptó. Se hablaba por París de esta relación.
El estilo de Gonzalès recuerda inevitablemente al de Manet. Se ve claramente en esta obra. No solo en forma (consigue la magia de crear esas pinceladas sueltas y al mismo tiempo definidas), sino en esa temática que tanto gustaba a los impresionistas: la ópera.
Gonzalès muestra un palco de la ópera, lugar que servía a la gente guay para ver y ser vistos. Con una composición muy elegante, muestra a una pareja y un ramo de flores, los tres en perfecta armonía cromática. Hacen de modelos su futuro marido, el litógrafo Henri Guérard y su hermana Jeanne Gonzalès. Ella con sus prismáticos, adornando pelo y escote con flores del ramo. Él de negro (el color que a Manet le gustaba usar frente al resto de impresionistas), mirándola con cierta adoración.
Junto a estos dos cuñados hay una butaca vacía. ¿Es la de Eva, quizás? Hay quien ve una crítica velada a la sociedad de la época, un retrato de la mujer florero para enseñar en la ópera como símbolo de estatus.
Gonzalès moriría muy joven, con 34 años, por complicaciones en un parto. 5 días antes había muerto Manet.