El pintor Aureliano de Beruete
¿El mejor cuadro de Sorolla?
Sin duda uno de los retratos más conocidos de su autor, es también considerado por muchos como el mejor de todos cuantos pintó. El efigiado, Aureliano de Beruete (1845–1912), fue un destacado pintor impresionista (uno de los pocos en España) y amigo íntimo de Sorolla, sobre cuya obra ejerció una notable influencia.
Beruete aparece sentado sobre su abrigo, con los guantes aún puestos y el sombrero en las manos. La naturalidad e instantaneidad del momento, típicas en la pintura de Sorolla, dan al retrato la apariencia de una fotografía.
La gama cromática, tremendamente reducida, no hace sino sumar dignidad a una imagen ya de por sí elegante, en la que su autor conjuga con maestría la influencia velazqueña, una muy hábil captación de la realidad y su talento innato para interpretar la psicología y personalidad del modelo.
El cuadro fue un regalo del pintor a Beruete, si bien este no dudó en prestárselo para distintas exposiciones. Archer M. Huntington (1870–1955), fundador de la Hispanic Society, lo vio expuesto en Londres en 1908, y tuvo intención de adquirirlo. Sorolla consultó entonces a su amigo, cuya respuesta no se hizo esperar: este lienzo […] tiene algo que dudo pudiera darse en otro […]. Ha sido la envidia de muchos. Ello hace que […] me haya visto privado de complacerte en esta ocasión.
La negativa del anciano a ceder la obra es algo digno de agradecer; pues de haber permitido que Huntington la comprara, el mejor de los retratos de Sorolla se encontraría ahora al otro lado del Atlántico, y no en el Museo del Prado.