Emigrantes
Cosas de la vida.
Ya lo decía el propio Castelao: En Galicia non se pide nada, emígrase.
En la época que el artista y escritor dibuja esto, Galicia llevaba décadas desangrándose. El éxodo de su población era continuo (de hecho, lo sigue siendo hoy) y la emigración masiva era el fenómeno económico-social más preocupante de la sociedad gallega. Los gallegos eran mano de obra barata para levantar economías ajenas
Esa lacra no escapó a la mirada nada miope de Castelao y decidió retratarla continuamente, como buen patriota. Si la única salida para escapar de la miseria era abandonar un hogar, era inevitable que se rompieran corazones, familias, identidades… Los emigrantes son víctimas y el artista entra de lleno en el pesimismo.
Se ve en los rostros caricaturizados de la imagen: una infinita fila de hombres mujeres y niños cabizbajos, lánguidos y tristes. Un barco los ha dejado en su destino, ese brumoso paisaje de fondo que podría ser cualquier parte del mundo. Con tinta y aguada consigue sintetizar todo un sentimiento colectivo.
Para Castelao, el carácter sintético y pragmático de la caricatura debe resultar de la supresión de lo inexpresivo.
Pero en esas fechas deja por un momento el humorismo tópico de sus obras iniciales, y claramente entra en el terreno de la denuncia, atacando las dos enfermedades endémicas de Galicia: el caciquismo y la emigración.