En el mar
from The Whalers Sketchbook [Finberg CCCLIII], At Sea
Turner apenas traza una línea y una mancha para plasmar un océano. Así de bueno era este paisajista, que contaba ya con setenta años cuando enseñó estas acuarelas —con tiza— en la Royal Academy de 1845. No todos las entendieron, y es que incluso hoy, estos pequeños artefactos artísticos son demasiado futuristas, demasiado confusos. O son muy sencillos o muy complejos. ¿Que son…? ¿Bocetos? ¿Obras inacabadas? ¿Muestras del arte del futuro…?
El cuaderno de bocetos de Los Balleneros son 21 hojas de papel en los que Turner puso su magia. En sus últimos años, el artista no tenía que demostrarle nada a nadie, pero quizás sí a sí mismo, por lo que siguió experimentando con este tipo de bocetos en acuarela extremadamente rápidos y libres, añadiendo en el caso de Los Balleneros también un poco de tiza.
Turner capta la atmósfera, el clima y hasta la temperatura. Con apenas unas pinceladas, el artista consigue captar sutiles remolinos de agua o aire, o fantasmales apariciones de tierra, barcos o ballenas. Todo llevado a un estilo prácticamente abstracto.
Poco después Herman Melville publicaría Moby Dick (1851), y no sabemos si hay relación entre el libro y las pinturas de Turner (sí, algunos estos bocetos se llevarían al lienzo), aunque sí es seguro que Melville visitó Londres en 1849, que era muy aficionado al arte y quizás entró en contacto con el de Turner. Desde luego, ambos comparten ciertas temáticas y simbolismos, no sólo sobre la pesca de las ballenas, sino sobre lo pequeño que es el ser humano y otros temas románticos.