Paisaje con río y bahía al fondo
Turner se adelanta al impresionismo, la abstracción y el informalismo.
Parece que no vemos nada, no interesa la topografía. Pero Turner capta a la perfección la atmósfera, las luces y los colores de este paisaje. Su espíritu. Porque junto a su odiado Constable, Turner fue El paisajista.
El artista era ya una institución y retocó el cuadro justo antes de la exposición de la Royal Academy rodeado de admiradores, curiosos y académicos, que comprobaron con espanto como el artista escupía sobre el lienzo, soplaba el pigmento y usaba sus manos. Un proceso creativo que lo elevó a categoría de leyenda.
Eran sus últimos años, y el maestro llegó a tal grado de abstracción en su obra que tuvo que colocar clavos para que no expusieran sus cuadros al revés.
Pinceladas rápidas y empastadas, que convierten a este pintor romántico no solo en el precursor del impresionismo, sino también de la abstracción y el informalismo.
Aunque probablemente hoy el pintor no ganaría uno de esos espantosos Premios Turner, bautizados en su nombre.