
Equilibrio intra-atómico de una pluma de cisne
Naturaleza muerta surrealista.
Un paisaje o quizás una naturaleza muerta surrealista (o mejor dicho, daliniana) en un interior que es tan matemático o más que la propia realidad. Todo aquí es preciso, calculado y bien colocado en una composición perfecta, con sus puntos de fuga y demás líneas geométrico-espaciales, visibles e invisibles, equilibrándolo todo.
Salvador Dalí coloca estratégicamente objetos sobre un fondo de tonos tierra. Entre ellos está una mano blanca (que asociamos a la estatuaria clásica, y por extensión a la pintura metafísica a la que tanto recuerda esta obra), una cabeza de cisne, una rodaja de sandía, una especie de garra, una tela blanca arrugada, lo que parece un diminuto cráneo, una pluma blanca en equilibrio (la verdadera protagonista de la pintura a juzgar por el título), otra pluma (esta estilográfica) con un tintero, una concha y lo que algunos interpretan como una castaña.
Todo sobre una inscripción: FEATHER EQUILIBRIVM.
Dalí se preocupa por la composición y quiere sugerir equilibrio (y la fragilidad del mismo). Además está esa iluminación hiperrealista (atención a los reflejos y las sombras de los objetos) tan típica del artista, que ejerce de una especie de fotógrafo de sueños, un mundo donde las matemáticas y la geometría tienen sus propias leyes con su propia lógica interna.