Gatos imitando las 53 estaciones de la Tokaido
Si nos fijamos, los gatos japoneses tienen el rabo corto.
Utagawa Kuniyoshi empezó diseñando patrones para las telas de su padre, que era tintorero de seda, y eso se ve muy bien en sus dibujos, que tenían algo de estampados textiles.
Kuniyoshi era también un poco contestatario. Lo suficiente como despertar los recelos de la censura de la época. Así que se le ocurrió una idea: ¿porqué no representar a las figuras de sus escenas más polémicas con rasgos felinos…? Después de todo le encantaban los gatos. En su taller campaban a sus anchas, solía trabajar siempre con un minino ronroneando sobre su kimono, y hasta alentaba a sus alumnos a pintar a estas mágicas criaturas -estilo karate kid– para aprender su dinamismo y anatomía.
Es así como Kuniyoshi empezó a crear las más delirantes escenas protagonizadas por gatos. Creó la serie «Neko no ateji» con gatos imitando variadas formas para reproducir caracteres, o gatos ilustrando proverbios, o gatos antropomorfos vestidos con trajes y comportándose como humanos.
Esta obra es un impresionante homenaje a las «53 estaciones de la Tokaido», de Utagawa Hiroshige, maestro indiscutible del Ukiyo-e que tuvo un abrumador éxito no sólo en Japón, sino en todo el mundo. De hecho, el arte moderno empieza quizás al ver algún artista francés del XIX estos paisajes japoneses.
Lo que hace Kuniyoshi es meter gatos en cada una de las estaciones que había creado Hiroshige, a modo de humor (amarillo… Lo siento, no lo pude evitar…), como crando juegos de palabras: uno de ellos se arrastra de una canasta, algunos cazan ratones, otros comen pescado…
Así, donde Hiroshige capturó la 41 estación llamada Miya, Kuniyoshi pinta a unos gatitos y a su padre como oya (親), similar fonéticamente, que significa «padre». La estación 51 de Hiroshige, Ishibe, suena como miji-me (ミ じ) que significa «miserable». Kuniyoshi dibujó a un gato de aspecto miserable.
Hay una evidente Lost in translation en esto. No tengo ni idea de japonés. Si os interesa, lo mejor es que investiguéis por vuestra cuenta, o simplemente disfrutar de estas exquisitas 53 ilustraciones de gatos.
Por cierto… fijaos que todos los felinos tienen los rabos cortos, algo que por lo visto es típico de los gatos japoneses.
Las 53 estaciones de la Tokaido en versión felina es una obra maestra por muchas razones, pero los amantes de los gatos la encontrarán particularmente encantadora.