Descanso en la huida a Egipto
Tales from Topographic Oceans.
Las pinturas del austríaco Franz Sedlacek son puro melodrama, una especie de realismo mágico en algún lugar extraño entre la utopía y la distopía, algo que ilustra a la perfección los tiempos bizarros y terroríficos que le tocó vivir.
Para eso desempeñan un papel importantísimo sus paisajes, como el de la imagen. Sedlacek había pintando ya varias veces la huída a Egipto (o más bien descanso de la huída a Egipto), motivo muy trillado en la historia del arte, pero en su caso, a pesar de ser una temática religiosa, son de lo más profano. Lo que aquí importa evidentemente es el paisaje, y casi ni le da importancia a la virgen ni San José ni el niño (ni al burro junto al árbol).
Sedlacek parece seguir la tradición romántica alemana, que quiere mostrar lo sublime de la naturaleza. La naturaleza es la verdadera deidad, con esa luz fantasmagórica reflejada en el lago. Con esas montañas irreales y cascadas de otro planeta. Hasta casi parecen paisajes de ciencia ficción, como la portada de un disco de Yes o algo así [1].
A esto también contribuye la especial técnica pictórica de Sedlacek, basada en la técnica del vidriado de los antiguos maestros. El artista experimentó con la composición perfecta de sus pinturas e incluso legó a ser llamado «químico de la imaginación» (en efecto, era químico de carrera además de artista).
En mi trabajo puedo decir con colores lo que pienso de mis contemporáneos sin que me envíen a un campo de concentración,
dijo una vez el muy animal.