Llegada a casa de noche
Animales nocturnos.
Franz Sedlacek fue un químico muy capacitado y también un artista de éxito olvidado durante décadas a pesar de su interesante producción. Desapareció en Polonia en 1945 y parece que su arte se fue con él.
Sedlacek formó parte de ese circuito artístico de la Alemania de entreguerras, tan fascinante y degenerado. Alemania y satélites, ya que Sedlacek era austríaco, pero para un artista de la Nueva Objetividad, empeñado en retratar la realidad, perfectamente grotesca y con sus deformidades, daba igual el país. La especie era la misma: el ser humano.
Sedlacek hace uso aquí de la mejor forma de mostrar las cosas tal y como son: la caricatura. La caricatura en arte y la ciencia ficción en literatura son quizás la forma más eficaz de hablar de cosas importantes y profundas desde unos géneros aparentemente poco importantes y profundos.
Lo que no queda muy claro es qué carallo está intentando decirnos Sedlacek en esta terrorífica escena. Por el título sabemos que un tío llega a casa de noche y se lleva una buena sorpresa. Alguien está esperándolo. Un grupo familiar, deforme y bizarro. Una home invasion pictórica en la que Sedlacek quiere meternos miedo e inquietud introduciendo elementos cotidianos como la familia, aunque ese grupo familiar de calvos cabezudos quizás se acerca más a una pesadilla que a la realidad. Algo inquietante e inesperado en el confort del hogar.
Eran tiempos de surrealismo, y Sedlacek siempre había tonteado un poco con los estilos de moda, mezclándolos con el suyo. Después de todo era químico… Algo de mezclas sabía.