Inger, la hermana de Munch
Entre lo literal y lo emotivo.
El retrato de Inger, la menor de sus hermanas, pertenece a la producción artística del periodo de formación del artista. Años antes, Munch abandonaría los estudios de ingeniería para matricularse en la Escuela Real de Dibujo, donde pronto destacaría entre sus compañeros. En el retrato de la joven podemos ver una clara influencia de sus maestros, supervisores de sus primeras obras de corte naturalista, el pintor Christian Krohg —uno de los artistas noruegos más importante— y la paisajista Frits Tahulow.
La sobriedad de la figura es acentuada por la pose, de tres cuartos y mirada lateral absorta. El elegante traje negro a penas se distingue del oscuro telón de fondo, ejerciendo un fuerte contraste con las vibrantes pinceladas de los tonos rosados del rostro y las manos, que delimitan los puntos de luz principales y pasan a ser los protagonistas ante el espectador.
Un retrato a medio camino entre lo literal y lo emotivo, porque a pesar de la pose tan académica, podemos entrever la naturaleza vivaz y decidida de la joven retratada.