Intimité
Expresionista ruso retrata modelo con erótico resultado.
Boris Grigoriev fue un artista ruso emigrado a infinidad de países tras el estallido de la Revolución Rusa (en Chile se asentaría una temporada para dar clases de arte). En todos ellos supo recoger y a la vez sembrar herencias del arte moderno que había aprendido a lo largo de su carrera.
Además se rodeó siempre que pudo de la bohemia, realizando infinidad de retratos de actores y actrices, mecenas, modelos, prostitutas y colegas pintores y poetas (él mismo hizo sus pinitos como rapsoda).
Destacamos en HA! este retrato de una mujer anónima realizado el año mismo de la revolución en el que se ve cómo el arte más moderno (expresionismo, fauvismo…) había marcado fuertemente su estética.
Grigoriev pinta a esa mujer desnudándose en una cama, y lo hace rezumando un fuerte erotismo amplificado por los colores utilizados: azul, rosa y rojo desdibujados en el fondo de la habitación, blanco rosado y malvas en el vestido, y negro puro y duro en las medias.
La mujer, quizás una prostituta, nos mira fijamente mientras se desviste. Está en un punto de vista bajo sugiriendo que el cliente/espectador está esperando a que acabe a los pies de la cama. Una fantasmagórica mancha blanquecina con forma de falo a la derecha del lienzo no hace más que corroborar la profesión de esta dama.