Juicio de Salomón
Decisión salomónica.
No es una representación de la matanza de los inocentes, pero en violencia y expresividad es una escena muy parecida. Se trata del famoso Juicio de Salomón, que aparece en el Antiguo Testamento, en el que se cuenta cómo dos mujeres acuden al rey Salomón para resolver una disputa sobre cuál de ellas era la madre de un niño. Las dos aseguraban que el bebé vivo era suyo, mientras que el muerto era de la otra.
Salomón, que era muy listo, tuvo una idea: ordenó que cortaran al bebé vivo por la mitad y le dieran medio niño a cada madre. Antes de que suceda semejante cosa, la verdadera madre accede rápidamente a entregar el niño, y la verdad sale así a la luz.
Un ejemplo de justicia y sabiduría por las que era conocido el monarca bíblico, y que aquí Rafael pinta al fresco en una de las impresionantes salas del Vaticano que todo amante del arte debe ver una vez en la vida.
Ahí está el rey, sentado en su trono, y vemos a un soldado —bastante ligero de ropa— a punto de cortar a un bebé por la mitad. La verdadera madre, vestida de blanco, detiene el infanticidio. La otra se hace la loca, mientras el bebé muerto yace en el suelo.