La dama del armiño
Uno de los 4 retratos de mujeres de Da Vinci.
Leonardo hace aquí un retrato de Cecilia Gallerani, la amante de Ludovico Sforza, que era el poderoso duque de Milán y además protector y mecenas del artista. Cecilia fue una de las pocas mujeres con las que Leonardo estableció una amistad cercana.
Al parecer a da Vinci le caía muy bien la joven Cecilia, que contaba entonces con 16 años. La chica era inteligente, y como vemos también muy bella. Entendía mucho de literatura y música, dos disciplinas muy valoradas por el artista, y juntos charlaban de ello durante buenos ratos. Por ello la cosideraba una Musa, una y “Donna docta”, comparable a grandes mujeres como Aspasia de Mileto o Axiotea, la alumna de Platón y por sus dotes de poeta en la corte la tenían por “gran lume de la lingua italiana”.
La retratada lleva en sus brazos un pequeño animal, parecido a una comadreja o un hurón, pero en la cultura popular la tesis más aceptada es que se trataba de un armiño, bicho asociado a la realeza.
La composición es un retrato en tres cuartos de perfil, algo bastante innovador para la época. Muestra con ello movimiento y al mismo tiempo, la imperturbabilidad solemne de una estatua antigua.
Típico de da Vinci es la imperceptible sonrisa en los labios de Cecilia. El pintor prefería sugerir las emociones más que presentarlas de forma explícita.