La Divina Comedia de Dalí
Pereza.
En 1960 el gobierno italiano contrató a Salvador Dali para que realizara una serie de obras de arte para ilustrar el poema de Dante Alighieri, Divina Comedia, libro con una importancia cultural excepcional e inspirador de tantos artistas de diversas especialidades, en conmemoración de los 700 años del nacimiento de Dante.
Este trabajo nos traslada a la antigüedad, cuando la figura de artista y artesano no era separada y el creador elaboraba todas las acciones. La colección requirió una un trabajo manual sobre la madera de forma individual y minuciosa que permitiera la estampa personalizada de cada color. Sin dudas, y en medio de decisiones artísticas super industrializadas y alineadas con la abstracción, La Divina Comedia se convierte en un trabajo artesanal destacable.
La cuarta terraza del purgatorio de Dante le pertenece a los perezosos que continúan su camino encontrando un alma que pena por haber sido en vida un avaro. En la transición entre la tercera y cuarta terraza yace un espíritu divino que se oculta en su propia luz y purifica el bien del amor que no ha cumplido su deber. Dalí representó a aquel ser de forma antropomorfa pero reconocible, envuelto principalmente en rojo y azul, colores asociados con sentimientos como la empatía, la armonía, la amistad, la pasión y la confianza; como muestra de aquella escena tan importante entre las sombras del infierno.
Esta obra con aproximadamente 4765 ediciones, destaca entre sus otros trabajos principalmente por su simpleza y el minimalismo. El fondo no está presente ni los colores son de un valor muy alto.
Divina Comedia es una obra brillante en su particularidad e incluso quienes no son fanáticos de su estilo pueden sentirse encantados por esta.