La inspiración de San Mateo
Las dos versiones de Caravaggio.
Corría el año 1602 cuando a Caravaggio le es encargada una obra para decorar la Capilla Contarelli de la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma. Parecía un encargo sencillo para un artista ya consagrado que había alcanzado un gran éxito, sin embargo, la obra, tuvo una larga historia llena de avatares antes de ser concebida tal y como la podemos contemplar hoy en día.
El tema de dicho encargo era La inspiración de San Mateo. La obra pictórica de Caravaggio, destacó entre otras, por una gran preocupación en la representación de escenas realistas y cotidianas, dando protagonismo en sus obras a modelos reales, en ocasiones feos y andrajosos, e incidiendo en la dramatización escogiendo los momentos de mayor tensión en sus temas.
Por ello, el maestro Caravaggio, fue denostado e incomprendido entre sus contemporáneos en numerosas ocasiones y sus obras varias veces rechazadas. Es así como para el encargo en cuestión, Caravaggio retrata a los personajes, San Mateo y el ángel, en una escena humilde, cercana e íntima, mostrando en su composición una excesiva cercanía.
Vestido con ropas humildes, el santo, aparecía sentado con las piernas cruzadas y descubiertas, enseñando los pies sucios y varices en las piernas. Incómodo ante la tarea de escribir, San Mateo lucía como un hombre pobre e inculto y el ángel muy cercano a él intenta enseñarle con dedicación y cariño. Sin duda el interés de Caravaggio era desmitificar el personaje incidiendo en su humanidad.
Naturalmente, la obra fue inmediatamente rechazada. Catalogada como una versión vulgar e indecorosa, la iglesia consideró de poco decoro que sus santos no estuvieran idealizados y que, por el contrario, tuvieran los pies sucios y fueran representados como gente común y corriente con sus defectos físicos. Nunca entendieron la idea de Caravaggio de encarnar lo divino en los más humildes.
La obra causó indignación y el artista fue tachado de insolente. Pero, a pesar del escándalo suscitado, a Caravaggio se le dio una nueva oportunidad. Tuvo que repetir la escena que esta vez fue aceptada. En esta ocasión, mostraba una visión del santo más digna, convencional y solemne.
Para esta segunda obra, el maestro intensificó la acción dramática con la ayuda de una luz dirigida, para enfatizar los elementos sobre los que quería llamar nuestra atención, el espacio es dominado por una luz diagonal producida por una única fuente y los personajes están dotados de movimiento.
En la segunda versión, el santo refleja seguridad y firmeza, su vestidura de carácter más suntuosa y solemne, cubre su cuerpo en mayor medida que la de su versión precedente. Caravaggio añade además, una aureola sobre la cabeza de San Mateo para conferirle un carácter sagrado. El santo luce ahora, como un instrumento que el ángel emplea para el mensaje revelado por Dios, estableciendo una separación radical entre lo humano y lo divino.
En esta oportunidad, Caravaggio despliega todos los elementos del tenebrismo que le hizo famoso, utilizando como principal herramienta de comunicación el claroscuro, con violentas luces y sombras.
Pese a la calidad de esta segunda versión, echamos de menos la delicadeza y la fuerza expresiva de la primera, en la que Caravaggio implementó una pintura cruda y descarnada llena de sentimiento y emoción.
Pese al rechazo que la pintura sufrió, un noble banquero de la época llamado Vicenzo Giustiniani adquirió la obra para su colección privada, aunque, lamentablemente ésta, fue destruída durante el bombardeo de Berlín en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. La segunda versión, se conserva aún en Roma, expuesta en la Capilla Contarelli, lugar para el que la obra fue encargada.