La ira de los dioses
"No hay respuestas en mis pinturas, sólo preguntas"
Dos formas de moverse, dos velocidades, dos medios de transporte yuxtapuestos que tienen mucho en común y a la vez grandísimas diferencias. El pasado y el futuro avanzan al mismo tiempo en esta instantánea imposible. O quizás no avanzan, y están congelados en el lienzo, que de eso se trata la pintura, de algo estático, paralizado en la imposibilidad de un movimiento.
Magritte se vuelve a pasar por el forro las leyes físicas y vuelve a hacernos pensar, aunque no sabemos en qué. Seguramente sea algo importante, disfrazado de accesorio; o quizás sea al revés.
La ira de los dioses es la representación gráfica de una paradoja física sobre la velocidad y el movimiento, una aporía pictórica, un galimatías que haría enfurecer a los mismísimos dioses. Al verla, la imagen tiene cierta lógica, pero reflexionando un poco deja de tenerla, aunque vuelve a recuperarla si le damos otra vuelta.
Quizás un científico debería llevar esta imagen a la vida real y demostrar que esta escena es o no factible.
El artista cuenta muchas cosas en sus cuadros, aunque desgraciadamente no clarifican nada (empezando por sus títulos, que tienden más bien a despistar). No hay respuestas en mis pinturas,
sólo preguntas, decía el surrealista belga.