La invención colectiva
Una sirena, pero no como siempre la imaginamos.
Con esta sirena, Magritte representa al mítico personaje mitad pez y mitad humano, pero lo muestra en su particular universo: Aquí el torso es de pez y las piernas de mujer.
La forma que tenía el surrealista belga de deconstruír el orden existente entre imágenes, palabras, y objetos es una de sus principales características, y al hacerlo nos deja ver hasta que punto estamos sujetos a un concepto de realidad construido. Hasta un animal mítico (y supuestamente imaginario) como una sirena tiene sus formas ya establecidas en el imaginario colectivo.
De ahí ese título: «La invención colectiva». Puede que estas criaturas no existan, pero conocemos muy bien cómo son, gracias a la cultura popular y cientos de obras de arte. Y nosotros, como colectivo, heredamos una convención sobre la base de una mentira, por lo que si se cambian un poco las cosas (en este caso simplemente el orden de las partes) nos entra miedo, desconcierto, asco, al tambalearse la base de nuestras propias certezas. Hasta parece que esta particular sirena se está ahogando a las orillas de esta playa solitaria, metáfora del océano de nuestro subconsciente.
Magritte, que como sabemos no andaba falto de sentido del humor, nos regala esta flagrante contradicción que nos inquieta, que nos hace conscientes de nuestros hábitos mentales, incluso los imaginarios e inconscientes.
La de mitos así que pulularán en nuestras mentes…