La Nona Ora
Al Juan Pablo II le cae encima un meteorito.
A finales del siglo XX el artista italiano Maurizio Cattelan revolucionaba el mundo del arte con esta broma que, como toda buena broma, ofendió a unos pocos.
La instalación presenta una escultura hiperrealista del papa Juan Pablo II que acaba de ser aplastado por un meteorito que aparentemente ha entrado por el lucernario del techo, esparciendo vidrios rotos en una alfombra roja.
El título de la obra (la novena hora) hace alusión a las 15h, el momento en el que, para los cristianos, Jesús dice eso de: «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
El vicario de Cristo en la Tierra ha sido víctima de la gravedad, esa ley que gobierna el universo y rige los ciclos de generación y muerte en el cosmos, y al ver la escena todos nos hacemos preguntas sobre la existencia de Dios, la infalibilidad del Papa o los golpes del destino. Nadie ha podido hacer nada para evitar el fatal accidente.
Aunque cuando la obra se exhibió en Polonia algunos visitantes indignados se apresuraron a quitar el falso meteorito para intentar poner de pie al papa. El artista ya había explicado: «Me gusta la idea de alguien tratando de salvar al Papa, como un milagro al revés que no viene del cielo sino de la Tierra».
Cattelan consigue además una feliz vuelta a la unión entre el arte y el Vaticano con este retrato de un pontífice que no había tenido tanta relevancia desde Bacon.