Las dos amigas
Esta amistad va viento en popa.
También llamado Les Fricatrices (mujeres que se frotan unas con otras), este cuadro de Louis-Jean-François Lagrenée es una oda al libertinaje, al hedonismo y a los placeres sensuales, o dicho de otra manera: es una pintura 100% rococó.
En la Francia de la época (mediados del siglo XVIII) abundaban los escritos eróticos, y era muy habitual que estos vinieran ilustrados con grabados absolutamente explícitos. Por ello, es como si la pornografía estuviera de moda, y llegó a alcanzar una alta calidad estética.
Grandes artistas se interesaron por el sexo explícito a lo largo de la historia, pero en esta época era casi imperativo mostrar gente follando. Pintores de renombre, caso del muy académico Lagrenée, estaban más que dispuestos a satisfacer las demandas de los clientes más libertinos.
Además, en el caso de esta obra no es simple gente follando. Estamos ante dos mujeres entregadas a los placeres sáficos. Dos amantes, dos amigas retozando en su desnudez. Dos lesbianas mostrando explícita y abiertamente su amor, algo que por algún motivo es fuente controversia de cuándo en cuándo, presumiblemente cuando la sociedad es más conservadora. No era el caso de la sociedad francesa del XVIII, al menos en los ambientes de la nobleza, donde la moral era cada vez más disipada.
Lagrenée muestra carne, pero se para también en esas sábanas que casi podemos tocar y oler, en las cortinas del fondo, teñidas en un violento rojo que intensifica la pasión y el orgasmo.