Las dos majestades
Dos reyes mirándose.
A lo largo de su carrera artística, Jean Léon Gérôme estuvo muy interesado por los animales exóticos, y en su obra vemos numerosos ejemplos de representaciones de tigres, y sobre todo de leones. Esa pasión le venía de su época de estudiante, cuando se iba al zoológico de París para dibujar a estos felinos. Desde entonces, los metía de vez en cuando en alguna que otra pintura, ya fuera histórica (comiendo cristianos en el circo romano), religiosa (san Jerónimo), alegórica (acompañando a la República), o simplemente como en esta imagen: contemplando al sol naciendo o muriendo.
Una pintura solemne en la que dos reyes contemplan tranquila y orgullosamente sus inabarcables reinos.
Jean Léon (ya el nombre lo dice todo) sabía de estos animales. Controlaba de su comportamiento, su anatomía, sus poses… y eso se nota en sus pinturas, que transmiten verosimilitud. No era ningún fantasma. Gérôme se pasó sus horas contemplando obnubilado a estas fieras y hasta llegó a cazar alguna en uno de sus viajes por en el norte de África, lo que demuestra que además de buen artista, era también un puto gilipollas.
Desde aquí renovamos nuestro eterno desprecio a los putos cazadores (si no es para supervivencia). Cada vez es más evidente que matar animales por deporte es de deficientes mentales, pero ya cazar leones o elefantes… hay que ser muy muy tonto.