Litografías propagandísticas
Agítese antes de usar.
Ya hablamos de agitprop (агитпроп) en numerosas ocasiones. Tras la Revolución, los rusos usaron la propaganda (la agitación) como una estrategia política difundida a través del arte para cambiar a las masas. Adoctrinamiento por medio del arte con imágenes muy potentes que transmitían ideas muy potentes. E imágenes muy sencillas que transmitían ideas no tan sencillas.
A veces se llegó a una experimentación brutal, otras se optó por la geometría y los colores primarios… La propaganda y agitación comunista en Rusia fue asombrosamente moderna, pero estos carteles para las oficinas de correos y telégrafos rusas (ROSTA) se llevan la palma
El pintor, diseñador e ilustrador Vladimir Lebedev fue un constructivista convencido de que, como pasa con la infancia, a veces se llega mejor a las mentes y los corazones con figuras geométricas sencillas y colores básicos. Lebedev, hay que decirlo, era un reputado ilustrador infantil conocido por todos los niños rusos. Entonces, ¿quién mejor que él para transmitir mensajes cortos y claros para que las masas —en su mayoría analfabetas— supieran de qué va eso del Marxismo?
Son estos unos grabados que se podían multiplicar hasta el infinito y difundir por toda la República (e incluso más allá) para concienciar a las masas, se colgaban en las oficinas de la ROSTA, y entre 1920–23 fueron vistas por toda la ciudadanía representando el perfecto ejemplo de la agitprop más experimental y eficaz.