Lujo, calma y voluptuosidad
El manifiesto pictórico del fauvismo.
Là, tout n’est qu’ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.(Allá, todo es orden y belleza,
Lujo, calma y voluptuosidad.)Charles Baudelaire, “Las Flores del mal”.
Matisse se inspiró en la poesía de Baudelaire y en el arte de su colega puntillista Paul Signac (que acabaría comprando este cuadro) para esta obra seminal del fauvismo.
Matisse y Signac pasaron un intenso verano en Saint Tropez, donde debieron ver (o más bien sentir) atardeceres como este, inspirados en el mito de la Arcadia, lugar en el que todo el mundo es joven y feliz, y está en armonía con la naturaleza preocupados solo de reír, bailar y amar.
Hay que ser conscientes de lo revolucionario que fue este movimiento para el arte: ya había artistas que exploraron la representación de la realidad de una forma no tradicional, pero nunca con un uso tan extremadamente intenso del color, que Matisse empezó a usar de manera arbitraria.
¡A la mierda la perspectiva y la proporción! En ese recién estrenado siglo XX ya se sentía que lo preferible era buscar la esencia misma de las cosas, no su mera representación. Y la esencia no iba a estar en lo realista ni en lo bello, sino más bien en lo subjetivo y lo espontáneo, que es lo más bello y realista que se puede representar.
Todo lo nuevo es atacado por los viejos, así avanza la historia, y el crítico de arte Louis Vauxcelles se burló abiertamente de este “nuevo arte” como si fuera pintado por fieras (fauves). Y precisamente así es como Matisse y sus colegas empezaron a llamarse a sí mismos. Ya había un nuevo y renovador movimiento.
Aunque al principio no le gustó a casi nadie, por supuesto.