Jeanette III
El artista también se dedicó a la escultura.
Henri Matisse es conocido por ser el principal representante de la primera vanguardia histórica del siglo XX: el fauvismo. El empleo característico del color con agresivos contrastes reaccionaba contra los principios del impresionismo e intentaba concebir la pintura desde la mente. Pero el caso que nos ocupa se debe a la incursión en el mundo escultórico de este artista, lo que supone un aparte en su producción.
Bajo la influencia del trabajo realizado por Auguste Rodin, Matisse realiza un estudio de la forma fisionómica a través del modelado de cinco cabezas femeninas: la serie Jeannette I-V.
En la III, nos encontraríamos en el punto intermedio del proceso, concebido como un transcurso progresivo de acontecimientos donde quedan reflejadas sus concepciones acerca del objeto. El hecho de presentar de forma secuenciada las diferentes fases del proyecto es síntoma de ruptura con la narrativa anterior de la obra escultórica, que tendía a la mímesis fecunda de un hecho culmen representado con el mayor esplendor y concreción.
En la obra, el conjunto completo se halla marcado por la profunda huella del artista al modelar el bronce, que persigue aprehender la condición última del objeto a través de las deformaciones que imprime a la pieza con sus dedos. Por el mismo carácter de serie, encontramos una alusión al proceso compositivo basado en la repetición del mismo objeto, y realizando así una reflexión meta-escultórica que ya Rodin había comenzado años atrás.