Marengo
Su mejor amigo.
Gerôme ya había hecho otros retratos de sus perros porque los consideraba sus mejores amigos, y de hecho, aquí al lado de su firma, si nos fijamos un poco, está la inscripción a mon ami (a mi amigo). Marengo era sin duda alguna uno de sus mejores amigos, y como todo artista muy bien sabe, retratar a un amigo es todo un acto de amor.
Gérôme pintó muchísimos perros a lo largo de su carrera (recordad a Diógenes y su patrulla canina) y Marengo fue uno de ellos. Lo debía querer mucho, ya que inscribe su nombre con mucho protagonismo al lado, algo de lo más inusual en el arte académico del XIX.
Eso sí, lo pinta atado con una corta correa. Suponemos que lo tenía así durante la sesión de posado, un momento trascendental que si no es fácil con personas, seguro que lo es menos con animales. Y un perro aún puede ser relativamente obediente, pero un gato…
Sobre fondo oscuro pinta Jean-Léon Gérôme a su perruno amigo, como lo hacían en el Barroco, y pincelada a pincelada, pelo a pelo, va construyendo el carácter de Marengo, que siendo Gérôme pintor, quizás fue bautizado así por ese color gris azulado.