Molino al sol
Miles de molinos pintó este tío.
Mondrian comenzó su carrera como maestro de educación primaria, pero mientras daba clases también empezaba a hacer sus pinitos en la pintura con un estilo naturalista o impresionista, todavía muy alejado de la abstracción radical que alcanzaría años después.
Estos paisajes que pintaba en sus primeros años como artista eran estampas pastorales de su Holanda natal, y por supuesto en este país no pueden faltar los famosos molinos de viento.
El artista pintó numerosos paisajes con molinos, y con el tiempo se ve que empieza a buscar su propio estilo personal. Tanteando estilos dispares llegó a meterse casi en el fauvismo, como vemos en esta pintura de un molino rojo, saturada de color cálido para expresar el calor del astro rey. Se ve aquí claramente que Mondrian empieza a interesarse por los colores primarios y casi pasa del paisaje para centrarse sólo en las formas más elementales.
Los críticos no entendieron muy bien su trabajo. Uno sólo vio un molino de sangre contra un cielo amarillo con agujeros como un queso suizo.
Algunos ven incluso en esta obra de una manifestación de una enfermedad psiquiátrica.
Mondrian simplemente quería buscar la esencia, una búsqueda que después llevaría al extremo. Sólo pretendía mostrar la luz del sol brillante al atardecer, y desde luego lo consigue.