Bosque
Mondrian empieza a tontear con la abstracción.
Antes de pintar los lienzos de cuadraditos que lo harían famoso, Mondrian era un paisajista que empezaba a tontear con las vanguardias, en este caso el fauvismo, como vemos en el festival de colores arbitrarios para representar este bosque holandés a las afueras de Amsterdam.
Pero en esta obra también podemos observar como el artista se va alejando del paisaje tradicional y poco a poco se acerca a la abstracción mediante el uso de las líneas rectas y los colores primarios.
Por lo visto, en esa época Mondrian era un gran amante del jazz y quizás guiado por la experimentación e improvisación típicas de esta música, el artista empieza a liberarse cada más de las referencias exteriores en sus cuadros y a radicalizar la experimentación con colores y formas.
Como el jazz, el neoplasticismo se basa en un ritmo casi desprovisto de forma, “destruye” prácticamente el contenido literal de la forma para crear un nuevo orden.
Recordemos que en la Europa de la época se estaban fraguando este nuevo orden con las más novedosas ideas políticas, sociales, culturales, y por supuesto, artísticas: En Rusia, Malevich empezaba con su suprematismo; Kandinsky empezaría a trabajar en la abstracción pictórica; y Mondrian, de alguna manera, unió estes dos movimientos revolucionarios para trabajar en su neoplasticismo.