Monja arrodillada
Devoción por delante y por detrás.
Martin van Meytens realiza este retrato de una monja rezando. Una sonrisa aparece dibujada en su rostro. En principio estamos ante un cuadro religioso de gran devoción, casi como un reflejo de la felicidad de la oración, aunque por supuesto no todo es lo que parece… Detrás de ella, un personaje (que parece otra monja, si los ojos no me fallan) la está mirando con interés. Y no está viendo cómo la religiosa ora, precisamente.
Si queremos saber lo que está viendo esa lujuriosa figura de la ventana, hay que darle la vuelta al lienzo. Si hacemos esto, vemos con sorpresa en el reverso del cuadro las nalgas desnudas de la monja.
Un cuadro erótico y humorístico, característico de una época tan frívola y lujuriosa como fue el Rococó.
Martin van Meytens llegó a Austria y se convirtió en uno de los retratistas de moda en la época «mariateresiana». Sus modelos fueron gentes como María Antonieta, María Teresa de Austria o Francisco I, pintados a cada cual con una peluca más excéntrica.
Pero el artista también se permitió de vez en cuando hacer cuadros como este, donde se burla un poco del catolicismo. Y es que Meytens era un protestante convencido de toda la vida.