Montañas y mar
Pintura diluída.
Con tan solo 23 años, Helen Frankenthaler realizó una pintura cuya técnica iniciaría una nueva forma de expresionismo abstracto americano. Después de conocer a Jackson Pollock y su famoso dripping, Frankenthaler decidió tantear con este tipo de pintura más gestual, experimental y libre; dando lugar a soak-stain.
Esta nueva técnica que inventó consiste en diluir la pintura al óleo con aguarrás y verterla sobre el lienzo sin imprimar y sin bastidor, previamente colocado sobre el suelo. De este modo la pintura líquida es absorbida poco a poco por la tela, creando manchas como si de acuarela se tratase. Helen, además, utilizaba esponjas, limpiadores de cristales y otros objetos nada convencionales para pintar; y los usaba para redirigir la pintura por el lienzo y expandir los charcos de color. Montañas y mar es la primera de las muchas pinturas en las que Frankenthaler aplicó esta técnica.
En Montañas y mar, demostró cómo ese nuevo método de aplicar la pintura en el lienzo de Pollock la había cautivado y fue un paso más allá. En esta obra la pintura es tratada con cuidado y delicadeza, dejando que fluyan los charcos de color y se desarrollen combinándolo con la intervención del gesto de la artista.
Aunque este cuadro es considerado abstracto, la artista se inspiró en los paisajes de Nueva Escocia, Canadá; para pintarlo. De modo que empezó a trazar con carboncillo el paisaje que recordaba de memoria sobre el que vertió la pintura diluida que formó esas manchas que caracterizarían la obra de Helen Frankenthaler.
Sin duda, este óleo fue un gran ejemplo de las pinturas que estaban por venir de esta maravillosa pintora neoyorquina.