Mujer con cuello de armiño
(Olga)
Picasso retrató a su mujer cientos de veces, y ninguna igual.
En esos años de vida familiar, Picasso pintó cientos de veces a su mujer Olga Khokhlova y al menos en 10 ocasiones la pintó con su cuello de armiño, a cada cual de manera más experimental. Fue una de las épocas más fértiles del malagueño, en lo que se refiere a creatividad.
Desde la representación más clásica, Picasso fue pintando a su primera esposa de diversas maneras hasta llegar a esta especie de cubismo con cierto aire surrealista que veis en la imagen. Cierto es que las tensiones en la pareja eran cada vez más frecuentes y esto pudo afectar a la forma de representar a su mujer.
Aquí la pintura es como un sueño, o una alucinación. La sonriente Olga está deformada, pero de alguna extraña manera Picasso se las ingenia para que la retratada conserve intacta su belleza.
Debido a estos matices oníricos, rápidamente se asoció al pintor con la última vanguardia de moda en 1923: el surrealismo. Muchos vieron como El «padre del cubismo» se ha convertido en el hijo adoptivo de los surrealistas y el propio André Breton, que era gran admirador de Picasso quería reclamarlo como fuera para las filas surrealistas.
Sin embargo todo el mundo reconocía que el pintor no se podía —ni se debía— encajar en ningún movimiento. Sería como meter su creatividad en una jaula.