Músicos ciegos
Pintura sin jerarquía.
Vilmos Aba-Novák fue el introductor del arte moderno en Hungría. Su estilo expresionista es muy característico, tanto por sus temáticas —escenas tomadas de calles, bares, mercados y circos de su tierra, con gentes disfrutando de sus momentos de ocio—, como por su técnica, inconfundible por esa paleta de colores oscuros y algunos toques explícitos de color puro aquí y allá.
En este ejemplo, el artista magiar nos presenta a dos ciegos —dos músicos según el título, aunque no se ven instrumentos de música por ningún lado—, que parecen como si fueran duplicados uno de otro. Una repetición que da una especie de extraño ritmo a la composición. Quizás son gemelos… Aba-Novák no explica demasiado la historia de estos dos, salvo que están comiendo, a lo mejor en el descanso de un concierto.
Por ahí andan también un perro, quizás suplicando su ración de comida, y un gato al fondo, que nos mira con dos ojos iluminados como pequeñas bombillas. Y hay cacharros por todas partes: jarras, vasos, botellas… rodean a los dos músicos ciegos.
Llama la atención una cosa del arte de Vilmos Aba-Novák, y es que en pinturas como esta parece tratar a todos los elementos de la misma manera: animales, personas y cosas son consideradas iguales a un nivel pictórico.