Nacimiento
Krasner pinta esto poco después de la muerte de Pollock.
Como artista, nunca me consideré nada más que LEE KRASNER. Siempre voy a ser la señora Pollock, eso es un hecho, pero nunca he usado el nombre Pollock en relación con mi trabajo. Pinté antes de Pollock, durante Pollock y después de Pollock.
Siempre a la sombra de su marido, la obra de Lee Krasner no fue valorada como se hubiese merecido. Pollock era casi una leyenda, un mito que había salvado el arte americano y su expresionismo abstracto se llevó todo el protagonismo en este matrimonio de artistas de enorme talento.
Aunque en realidad era quizás mejor la pintura de Krasner por mucho que los críticos de la época no la tuvieran en cuenta.
Nacimiento surge agresivamente, quizás como una explosión tras la presión de años a la sombra de Pollock, años de alcoholismo e infidelidades, años de sentirse una artista de segunda. Días antes de pintarse este lienzo, Pollock había muerto en un accidente mientras conducía borracho. Murieron él y otra pasajera, y casi mata a su amante.
Krasner decidió sacar sus demonios y plasmar sus emociones en el lienzo mediante colores rosados y líneas negras que van creando formas como femeninas, que podemos asociar a las de Picasso. Es como si Krasner quisiera abandonar la abstracción que su marido había abanderado los últimos años.
Un enorme lienzo vertical compuesto de grandes trazos sueltos, veloces y agresivos que la artista con toda seguridad fue construyendo con la vida y la muerte de su marido en mente. Además, al titular la obra como Nacimiento, Krasner hizo referencia directa a una obra clave de Pollock con el mismo título.
Una forma de expresar sin palabras la angustia mental y física que sentía en esos días de cambio personal dramático. Una autobiografía abstracta y honesta que plasma sus sentimientos y emociones vaciadas en el lienzo.