Naturaleza muerta
El prometedor artista asesinado en Auschwitz nos pinta una naturaleza muerta con lo que pudo encontrar en su escondite antes de ser arrestado.
Felix Nussbaum, el judío alemán que vivió en los campos de concentración nazis, aunque no tuvo la «suerte» de otros artistas como David Olere, y murió gaseado nada más pisar Auschwitz. Tenía 39 años y una prometedora carrera por delante.
Nussbaum trabajó en todo tipo de géneros (son muy interesantes sus autorretratos en los que se ve su evolución de artista bohemio a esquelético prisionero) y por supuesto esto incluye la naturaleza muerta.
Podemos apreciar aquí en este estudio de volúmenes y sombras su carácter de eterno estudiante. La actitud de Nussbaum era no dejar jamás de aprender los mecanismos de la pintura.
Considerado surrealista, tuvo otras dos influencias claras en su arte: la pintura metafísica y Henri Rousseau.
A partir 1933, le quitaron su beca en Roma de la Academia de las Artes de Berlín. Un judío no podía representar a la raza aria. Nussbaum se dio cuenta de que, como judío, no podía permanecer en la academia y se marchó como refugiado a Bélgica.
Empezó ahí su última década de vida, que se caracterizó por el miedo reflejado en su arte. Hasta podemos sentirlo en este inofensivo bodegón. Fue un período de aislamiento emocional y artístico para él, pero también uno de los más artísticamente productivos en su vida.
Cuando la Alemania nazi atacó Bélgica en 1940, Nussbaum fue arrestado y llevado al campo de Saint-Cyprien en Francia. El artista documentaría las condiciones del lugar en varios lienzos. En un traslado, tuvo la oportunidad de escapar y se pasaría cuatro solitarios años escondido, donde pintaría obras como esta.
Pero en 1944 fue descubierto junto a su esposa y ambos fueron detenidos, tatuados con los números XXVI / 284 y XXVI / 285 y asesinados en el campo de exterminio más tristemente célebre de la historia.